Desde el Observatorio de Medios de comunicación de CINCO, Guillermo Rothschuh Villanueva, ex decano de la Facultad de Ciencias de Comunicación de la UCA, mantiene una mirada crítica sobre la labor de los medios. Señala “las intermitencias en el campo del periodismo investigativo” y advierte como los “publi reportajes afectan la credibilidad de la prensa”.
*Eduardo Cruz
¿Cómo ve usted a las nuevas generaciones de periodistas?
Una de las mayores cualidades de la nueva generación de periodistas es que están apostando por hacer algo distinto. Tienen una mirada amplia. Su visión no se circunscribe al ámbito político. Su ambición consiste en poner en perspectiva al país. Con la ampliación de la agenda de los medios escriben, presentan y analizan temas económicos, ecológicos, medioambientales, jurídicos, educativos y culturales, únicamente para señalarte ejemplos. Las disputas por ser los mejores no está mal siempre y cuando en la persecución de este objetivo no dañen reputaciones, imágenes, ni genere animadversión entre ellos.
¿Con el cierre de la Facultad de Comunicaciones, y tomando en cuenta que la UCA es líder en forjar comunicadores, siente que ha habido afectaciones en la preparación de los nuevos periodistas?
Sigo creyendo que la Carrera de Comunicación de la UCA es la mejor de Nicaragua.
¿Las modelos en vez de periodistas en las pantallas de televisión presentando noticias, qué sensación le produce?
Uno de los graves problemas que plantea la televisión en sí misma, son sus exigencias estéticas. Aunque la belleza no está reñida con el talento, los dirigentes de la televisión en Nicaragua las prefieren bellas. En la medida en que la televisión continúe siendo un calco de la televisión norteamericana, en esa misma proporción seguirá privilegiando la belleza sobre el talento. Los primeros obligados son los dueños y quienes dirigen los programas televisivos. Deben mostrarse más exigentes. Como apunta Giovanni Sartori en El Homo Videns, la televisión banaliza. Nunca estará de más preparar a las jóvenes presentadoras antes de ponerlas frente a las cámaras. Sería oportuno que la academia se preocupara por superar estas carencias.
Desde su Observatorio de Medios, ¿Qué males ve usted que están atacando al periodismo actual?
El más significativo para mí son sus intermitencias en el campo del periodismo investigativo. El hecho de que el gobierno no brinde información se convierte en un acicate que no ha sabido aprovecharse. Una lectura a fondo del polaco Kapucinski, ese enorme ícono del periodismo mundial, permitiría darse cuenta que su éxito obedeció a que jamás recurrió a las fuentes oficiales. Sobre este particular insiste en el presente, el colombiano Javier Darío Restrepo. Con esta afirmación no justifico la obligación que tiene el gobierno de brindar información.
El otro problema de fondo es la acogida recurrente a las declaraciones que realizan los políticos sin pasarlas por su criba. El hecho de que medios y periodistas se ocupen de la actualidad, eso no significa que olviden su obligación de contrastar las declaraciones que hacen políticos y funcionarios en distintos momentos sobre un mismo tema. Esas omisiones dañan su credibilidad.
¿Qué opinión le merece las batallas que protagonizan algunos periodistas con las fuentes de noticias, especialmente los políticos?
Eso no es periodismo. Se equivocan quienes piensan que tener garra periodística consiste en echar a pelear a las fuentes. Algunos incurren hasta en posiciones anti éticas. Nadie brinda una entrevista, sobre todo en televisión, para que luego el periodista de oficio la ponga frente a la fuente cuestionada, para que este responda por cada uno de los señalamientos que se le formulan.
¿Cómo mira la situación del Colegio de Periodistas en estos momentos, sobre todo por los conflictos internos que atraviesa?
Lamento lo que ocurre en el seno del Colegio de Periodistas de Nicaragua. La crisis que atraviesa tiene su origen en una sobre politización y partidarización galopante. A estas alturas sus actuales dirigentes se deben haber enterado que el colegio debe servir primordialmente a los intereses de sus colegiados y no a un partido político determinado. Si examinamos la actual situación de manera retrospectiva nos damos cuenta que todo obedece a que las organizaciones gremiales no han superado su adscripción partidaria. La Unión de Periodistas de Nicaragua nació como una necesidad imperiosa para poder ejercer la libertad de expresión conculcadas por el somocismo. Posteriormente asumió como propio el discurso del FSLN. Esta circunstancia motivó la creación de la Asociación de Periodistas Nicaragüenses, apadrinada por la oposición política al sandinismo.
Ambas expresiones gremiales no han podido desprenderse de sus sesgos político-partidarios. Olvidan que uno entra a una organización gremial por razones totalmente diferentes por las que ingresa a un partido político. Mi preocupación actual radica que en épocas electorales el periodismo nacional se atrinchera y toma bando. Todo esto incide de manera negativa en el funcionamiento de las dos organizaciones de los periodistas nicaragüenses. Lo ocurrido en el Congreso Extraordinario, celebrado por una minoría del colegio de Periodistas de Nicaragua, el domingo 20 de junio, es un indicio de que la crisis lejos de superarse tenderá agravarse. Como lo reconoce el presidente de la UPN, Roberto Larios, las organizaciones gremiales están debilitadas.
A su juicio, ¿qué medios están informando mejor a la población, los escritos, radiales o televisivos?
Cada uno cumple su cometido de manera particular. La radio y la televisión apuntan a la primicia, los medios escritos hacia un periodismo más reposado y de profundidad. Deseo apuntar un aspecto que lesiona enormemente su calidad informativa. En la televisión realizan concesiones inútiles a las telefónicas. Se preocupan más por el patrocinio que por la calidad informativa: en los medios escritos los publi reportajes afectan de igual manera su credibilidad.
Los medios deben preocuparse por vadear la crisis económica, sin tener que enajenar sus políticas informativas y editoriales. Debo reconocer que TV Noticias y Noticias 12 han mejorado sensiblemente. Igual ocurre con las ediciones dominicales de El Nuevo Diario y La Prensa. Lo deseable sería que mantuvieran esa misma calidad durante el resto de la semana. El mejor programa televisivo continúa siendo Esta Semana, bajo la conducción de Carlos Fernando Chamorro.
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