lunes, 17 de marzo de 2014

Algunos desafíos del periodismo nacional


Algunos de los desafíos que atraviesan los periodistas de occidente no difieren de los retos que tienen que asumir sus pares del resto del país. Tal vez más tal vez menos las luchas son casi idénticas. Estas pueden evadirse solo a riesgo de debilitar su credibilidad e incurrir en una contradicción flagrante.

No pueden exigir a los distintos sectores y estamentos de la sociedad nicaragüense el cumplimiento efectivo de sus responsabilidades políticas, económicas, culturales, religiosas y educativas, quienes no son capaces de establecer un comportamiento coherente en un país incrédulo y desencantado.

Los medios siguen siendo la casa de cristal donde todos deseamos percibir lo que hacen y dejan de hacer las instituciones públicas y privadas. Están obligados a cumplir fielmente con las razones que sirven de fundamento a su existencia. Actuar a contrapelo de estos principios los convertiría en diablos predicadores.  

1.- Valores profesionales

a.      Propiciar la tolerancia
b.     Estimular el pluralismo y la diversidad de ideas
c.      Democratizar la palabra
d.     Disentir una divisa innegociable
e.      Defender libertad de expresión frente a poderes públicos y privados
f.       Evitar la descalificación y el abuso de adjetivos
g.      Extirpar la nota roja: denigra y ofende
h.     Cumplir fielmente lo establecido en el Artículo 26 Cn.
i.        Cumplir con la autorregulación

2.- Legislación

a.      Participar en la elaboración de la nueva ley de medios
b.     Exigir el cumplimiento de la LAIP
c.      Proponer proyecto de ley para regular entrega de la publicidad estatal
d.     Despenalizar los delitos de injurias y calumnias

3.- Compromisos profesionales

a.      Ampliar agenda mediante la incorporación de nuevas voces, rostros y contenidos
b.     Especial atención niñez, adolescentes y jóvenes
c.      Visibilizar reclamos históricos de las diferentes etnias
d.     Destacar temas vinculados con la microeconomía y la canasta básica
e.      Crear espacios de opinión para estimular el diálogo
f.       Renunciar el principio de infalibilidad
g.      Garantizar el Derecho de Réplica (Artículo 68 Cn.)
h.     Rendir cuentas a la ciudadanía en nombre de quien hablan y a quienes se dirigen
i.        Democratizar las salas de redacción.
j.        Democratizar la palabra
k.     Establecer el Secreto Profesional y la Cláusula de Conciencia
l.        Diferenciar claramente información, propaganda y publicidad
m.  Practicar el periodismo investigativo
n.     Fiscalizar a los poderes públicos y privados
o.     No embargar informaciones por razones políticas
p.     Contrastación de fuentes como principio ineludible
q.     Romper con el institucionalismo
r.      Mejorar la calidad técnica
s.      Dominar nuevas tecnologías
t.       Incorporarse a las redes (Exigencia del cambio de época)
u.     Fortalecimiento académico Alianza con las Carreras y/o Escuelas de Periodismo
v.     Relocalización de las culturas Valoración de lo próximo

4.- Gremiales

a.      Fortalecer sus organizaciones
b.     Despartidarizarlas
c.      Propiciar la unidad gremial
d.     Mantener un absoluto apego a la ética
e.     Crear pool informativos


5.- Salariales

a.      Acuerdos mínimos: Compra de espacios
    Venta de anuncios
b.     Incorporación al Sistema de Seguridad Social


Reflexiones finales

El listado de retos y desafíos no es exhaustivo ni establece un orden de prioridades. Los problemas no tienen la misma intensidad ni se manifiestan de la misma forma en los distintos departamentos. Mi pretensión es provocar el debate. Sin el reconocimiento y discusión de las necesidades que aquejan al gremio poco o nada podrá lograrse. Una de las debilidades persistentes en el periodismo nacional ha sido su incapacidad para estructurar su propia agenda de trabajo.



Con el mismo énfasis e interés que muestran en denunciar y poner en perspectiva los abusos de poder, la necesidad de mejorar y ampliar la calidad de la educación, los servicios de salud y las múltiples dificultades existentes en la sociedad nicaragüense, tienen que establecer un orden jerárquico de sus fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades. Los señalamientos que continuamente hacen a la clase política exhibiendo sus contradicciones y fragmentación son similares a las que padece el periodismo nacional.

Insisto una vez más. Primero poner orden en casa para acrecentar su autoridad ética y moral. ¿Con qué derecho señalar los errores ajenos si no son capaces de ver hacia dentro y trascender las limitaciones que les impone la realidad política, social, económica y cultural nicaragüense? A la par que luchan por una mejoría de los diversos sectores que conforman nuestra sociedad, tienen que batallar por sus propias reivindicaciones gremiales. Este sigue siendo su mayor desafío.



jueves, 6 de febrero de 2014

Crónicas Negras


I.- Metidos de pies y cabeza a indagar el comportamiento de las maras, los periodistas de El Faro nos brindan una radiografía exacta de la violencia que sacude en distintos grados la región centroamericana. En su recuento dejan fuera a Costa Rica. Sus miradas permiten ver las heridas y cicatrices generadas por una conducta delincuencial que no conoce límites. Un registro en close-up. El acercamiento deja al descubierto sus distintas maneras de operar, el terror abriéndose paso, casi perpetuándose; violaciones a niñas y mujeres, complicidades obtenidas a base de sobornos, férreo control en centros penitenciarios, la única autoridad reconocida emana de sus directrices; asesinatos de una crueldad inusitada, amplias zonas geográficas sometidas a su voluntad, ciudades sitiadas donde rigen sus leyes, la compra de voluntades, sus estructuras de poder, los orígenes de las pandillas, sus formas de reclutamiento y la amenaza real de expandir sus dominios por todos los entramados de las sociedades centroamericanas.


Crónicas Negras desde una región que no cuenta. (Editorial Santillana 2013), un texto pionero, estremecedor, cuyo contenido debemos al grupo de periodista que integra Sala Negra, uno de los mayores logros de El Faro, el diario digital salvadoreño, que apostando por hacer periodismo del bueno, en una época de desencantados, devela con singular arrojo, el desarrollo progresivo logrado por maras y narcotraficantes, en sociedades sometidas a sus asedios. Escrito con pulcritud, haciendo acopio de las técnicas del relato policial, dibuja nítidamente los contornos de cuatro países –Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua- marcados por la existencia de bandas al servicio del narcotráfico, la trata de personas y la creación de zonas de refresco que permitan asentarse a la mafia internacional sobre el corredor centroamericano, para ejercer sus actividades sin contratiempos ni tropiezos. Constituyen el eslabón imprescindible para que las drogas lleguen a su destino. México y Estados Unidos.


Las dieciocho crónicas que integran esta selección son realizadas con el ánimo de conocer a fondo los resortes políticos, jurídicos, sociales y económicos, aceitados con celo para obtener sus objetivos sin mayores bajas. Un enfoque sereno, detallado, al cual deben asomarse sin prejuicio policías y militares, políticos y religiosos, banqueros y rentistas, sociólogos y economistas, jueces y abogados, con el propósito de enterarse en versión de primera mano, la pendiente irreversible por la que se desliza Centroamérica. En un juego dialectico, en la apuesta de El Faro, pesa tanto lo contado como la forma que es narrado. Son los actores del drama los que asoman sus rostros. Sus voces nos llegan en primera persona. Los llantos lastimeros de los perseguidos, las revelaciones de las mujeres violadas, la conversión del área en centro de operaciones de los carteles, el sigilo con que operan para no ser descubiertos, las múltiples maneras de traficar sin perder el botín, forman un retrato fiel que todos están llamados a conocer.


II.- Las narrativas de los seis cronistas que integran la orquestación de esta sinfonía, vuelve a poner en perspectiva los vasos comunicantes existentes entre periodismo y literatura. Son los continuadores de esa forma de hacer periodismo nombrada en España como literaturalización del periodismo. Una conceptualización que ha hecho suya el escritor y periodista Martín Caparrós. Un año antes que el argentino expusiera su tesis, el mexicano Juan Villoro, había escrito su texto clásico La crónica, el ornitorrinco de la prosa (2006), donde insiste en demostrar que su denominación obedece a los préstamos que la crónica hace a la novela, teatro, reportaje, cuento, entrevistas, ensayo y autobiografía.  Con acierto Villoro señala que la crónica, al seguir los usos de la ficción, narra las oportunidades perdidas, los sueños, las ilusiones, conjeturiza y colma vacíos. Estos trasvases deben dar por saldada una discusión pueril. La crónica es literatura al ras del suelo, como pregona el brasileño Antonio Cándido.

El mapa de la delincuencia en Nicaragua aparece coloreado por cuatro crónicas que se han ocupado los periódicos, las radios y televisoras locales. Una tiene que ver con el caso de Walpasiksa, cuyo coletazo pringó de lleno al Consejo Supremo Electoral, generando una polémica que todavía no apaga sus luces. Sandy Bay resplandece en la crónica de Oscar Martínez. La muerte de Pen-Pen, sirve de pretexto a Roberto Valencia para contar un poco la historia de Bluefields. Pen-Pen sometido al suplicio en el tubo del martirio, estuvo amarrado a unos grilletes día y noche por seis meses, hasta el desenlace trágico de su muerte. En la costa este, Rivas, Oscar Martínez, hace un recuento del número de capos. Asegura que son cuatro y después de conversar con uno de ellos denomina su crónica Narco hecho en Centroamérica. La razón es obvia. Este empezó como tumbador, traficante que roba a otros traficantes. Un capo menor comparado con la dimensión exuberante que exhiben las redes internacionales, específicamente colombianas y mexicanas.

La cuarta crónica de Roberto Valencia, está dedicada al Jorge Dimitrov. El barrio capitalino nacido por el paso del huracán Aletta por Nicaragua (1982), aparece bajo otros reflectores, la conjunción de esfuerzos impulsados por diferentes instituciones encaminadas a terminar con este nudo de violencia. El saldo final un poco halagador. “Afortunadamente en Nicaragua las pandillas poco tienen que ver con las maras…-quizá la diferencia más importante- la pandilla se puede dejar cuando se quiere, sin represalias”. El periodismo practicado por quienes conforman Sala Negra, sin asomo moralizante, testimonia un momento de la historia de Centroamérica. Un momento crucial. Si no se tuerce el rumbo -debido a su situación geográfica privilegiada - podría extraviar su camino. Los índices de violencia colocan a Honduras como el país más violento del mundo. Un foco de irradiación permanente. El Faro cumplió su tarea. El desafío planteado no puede rehuirse ni minimizarse. ¡Actuar ahora, para no tener que llorar después!



martes, 21 de enero de 2014

Una ley sui géneris


Desde hace poco más de un quinquenio los gobiernos latinoamericanos –desde México hasta Argentina- se encuentran afanosos legislando en el campo de la comunicación. Una labor a la que se han entregado de manera fervorosa. La puesta al día de sus legislaciones tiene múltiples motivaciones. A las transformaciones inevitables que plantean los cambios radicales y vertiginosos de las tecnologías de la comunicación se suman distintas voluntades políticas. Unas con la intención de poner fin al dominio ejercido por grupos tradicionales de poder e inclinar la balanza a su favor, otras para ordenar y modernizar un campo en constantes mutaciones y muy pocas con la intención de propiciar el pluralismo y la democratización de las comunicaciones. Las preferencias de los gobernantes están en consonancia con la forma que ejercen el poder en sus respectivas sociedades. La orientación y la naturaleza de estas mudanzas revalidan una vez más la centralidad política de la comunicación.

La más reciente de todas, Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, fue aprobada en Uruguay el pasado 10 de diciembre de 2013. Ante la existencia del sistema bicameral pasará al Senado para su discusión y perfeccionamiento en el presente mes de enero. Una propuesta con una serie de disposiciones que la convierten en una ley sui géneris. Considera los servicios de comunicación audiovisual de interés público, crea la figura del Ombudsman, introduce la cláusula de conciencia, impide a los prestatarios de estos servicios operar en el campo de las telecomunicaciones, estatuye el principio de transparencia, ratifica la importancia de las consultas públicas, expone que los servicios audiovisuales son un elemento estratégico para el desarrollo nacional, reconoce su carácter fundamental para el ejercicio del derecho humano a la libertad de expresión y la libertad de información como preexistentes a cualquier intervención estatal, plantea el uso equitativo de las frecuencias radioeléctricas y se opone a toda forma de monopolio.   

A tono con las corrientes modernizantes concibe el espectro radioeléctrico como patrimonio común de la humanidad. Incorpora como parte del texto la aplicabilidad de la Convención sobre Diversidad de Expresiones Culturales de la UNESCO y las normas jurídicas emanadas por los organismos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. La regulación de estos servicios está soportada en los principios de pluralismo, diversidad, igualdad de oportunidades y publicidad en los procedimientos y condiciones de otorgamiento, transferencias y caducidad de las licencias. En concordancia con estos preceptos alienta la creación de un sistema mixto de comunicación, al propiciar la existencia de servicios audiovisuales públicos, comerciales y comunitarios. Una aspiración a la que no hemos renunciado para Nicaragua. Acepta los principios contenidos en la Declaración de Chapultepec, los medios deben realizar su labor en forma independiente, una aspiración permanente en el entorno nicaragüense.

Salva distintos obstáculos que enfrentan medios y periodistas de manera constante. Con mucho tino rechaza las presiones directas o indirectas ejercidas en su contra, al considerar incompatibles con la libertad de expresión la utilización del poder y los recursos económicos del Estado para presionar, castigar, premiar o privilegiar a medios y comunicadores en función de sus líneas informativas. Con enorme sabiduría el mandatario uruguayo Pepe Mujica, manifestó públicamente que estaban legislando “para cuando no estemos en el poder”. El artículo referido a la transparencia (Art. 23), facilita el acceso de los interesados en conocer los procedimientos para el otorgamiento, renovación y revocación de las licencias. Más cercana a nuestra experiencia impone al ente encargado de la administración de esta ley, la exigencia de dar a conocer la identidad de los titulares de los servicios de comunicación audiovisual, nombres de socios, accionistas y empresas que conforman los grupos económicos que operan en el terreno audiovisual.

Los argumentos utilizados para frenar la concentración mediática obedecen a que monopolios y oligopolios, como todos sabemos, “conspiran contra la democracia al restringir la pluralidad y la diversidad que asegura el pleno ejercicio del derecho a la información de las personas. Es deber instrumentar medidas adecuadas para impedir o limitar la formación de monopolios y oligopolios privados, así como establecer mecanismos para su control” (Art. 42). En Nicaragua ningún gobierno ha asumido el mandato establecido en el Artículo 68 de la Constitución Política, instituido precisamente para evitar que no ocurriera lo que pasa actualmente en el campo audiovisual. El duopolio formado por la familia gobernante y el empresario mexicano-estadounidense Ángel González, constituye el mayor impedimento para el libre juego democrático, los medios audiovisuales se han convertido en escenario natural para el ejercicio del debate público. La tardanza deliberada en la aprobación de una ley que subsane los vacíos existentes en la Ley 200 confabula contra los intereses del país.

¿Qué medios o recursos pueden resultar útiles o prácticos para saber en verdad quiénes son los dueños o propietarios de la radio y televisión? El antídoto los legisladores uruguayos lo encontraron al disponer que el registro de los servicios audiovisuales sea público, esté permanentemente actualizado y disponible para la población por medios electrónicos de carácter gratuito. En Nicaragua los intentos para que Telcor facilite el listado de emisoras y el nombre de sus dueños resultan infructuosos. La negativa rotunda imposibilita la realización de investigaciones de naturaleza académica. La Ley de Acceso a la Información Pública es inaplicable. No existe voluntad política encaminada a propiciar la transparencia. En el caso uruguayo más importante resultan las limitaciones impuestas por ley en la titularidad de los servicios de radio y televisión abierta. Solo con disposiciones explícitas y de rigurosa aplicabilidad pueden evitarse los procesos de concentración que viven actualmente diversos países latinoamericanos, particularmente Nicaragua.

La ley uruguaya una vez que entre en vigencia, impone el desmontaje al menos de dos empresas debido a su esquema de propiedad oligopólica. El Art. 44 dice textualmente: “Una persona física o jurídica no puede ser beneficiada con la titularidad, total o parcial, de más de 3 (tres) autorizaciones para prestar servicios de radiodifusión abierta de radio o televisión, ni más de 2 (dos) para prestar servicios de radiodifusión abierta en la misma banda de frecuencias (AM, FM, TV), en todo el territorio nacional”. A la vez señala que las nuevas autorizaciones en los servicios de radiodifusión de radio abierta en la banda FM y de televisión abierta de los sectores comercial y comunitario tendrán alcance, a lo sumo departamental. Iguales limitaciones existen para la titularidad de los servicios de televisión para abonados. La legislación uruguaya busca favorecer a todo el conglomerado social sin establecer privilegios a favor de determinados grupos de poder. A eso obedece el beneplácito con que fue recibida esta ley por la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF).

Una de sus insuficiencias viene a ser la creación del Consejo de Comunicación Audiovisual como órgano desconcentrado del Poder Ejecutivo. Esta disposición peca de diminuta. ¿A qué se debió que una ley que incorpora conceptos y principios democráticos y democratizadores en la comunicación no haya dado el paso creándolo como un órgano autónomo sin sujeción al Ejecutivo? En la medida que se distancie lo más posible de las acechanzas de quienes detentan el poder central, en esa misma proporción sus miembros podrán actuar con mayor autonomía e independencia y el trabajo encomendado resultaría más efectivo. Los poderes que deja en manos de la presidencia de la república la tornan vulnerable, sobre todo partiendo del planteamiento del Presidente Mujica. Los políticos cuyo mandato se ejerce en función de amplias mayorías, deben tomar en cuenta el futuro, siempre el futuro, para que cuando los reflectores del poder se hayan apagado sus acciones todavía iluminen su camino. Una manera de dejar un legado permanente más allá del término de sus vidas.




lunes, 13 de enero de 2014

Las disputas en la agenda

Durante el año 2013 quedó en evidencia el creciente poder conseguido por la familia gobernante a través del progresivo control de los medios de comunicación. Ante la convicción que a los medios corresponde moldear el imaginario social, ofrecer visiones y versiones del acontecer nacional e internacional, visibilizar o invisibilizar temas y actores sociales, políticos, económicos, religiosos, educativos y militares, parte sustantiva de su gestión continúa orientada a engrosar el número de canales de televisión e incrementar la cuantía de emisoras radiales bajo su propiedad. Esta iniciativa tiene en mira la cooptación efectiva de numerosos medios y periodistas. Lo siguen y continuarán haciendo mediante la entrega de licencias audiovisuales y publicidad enlatada a sus aliados. Los spots televisivos, convertidos en auténticas piezas de propaganda política, permiten asentar su discurso sin la existencia de filtros ni mediaciones que entorpezcan los mensajes. Se trata de las mismas versiones transmitidas en sus canales, una modalidad muy efectiva a la cual no están dispuestos  a renunciar. En otros casos pasan como si fuesen noticias.

La falta de entrega de información pública -a la cual están obligados por ley- no tuvo variación o cambio alguno, ni es pensable que lo tenga durante el año 2014. La centralización de la información relacionada con el dengue - una verdadera crisis sanitaria, tanto que el gobierno impuso alerta roja- puso de manifiesto que ni en casos extremos, estando la salud de los nicaragüenses de por medio harán redefiniciones al patrón de conducta al que ajustan sus políticas informativas. Las contradicciones en que incurren son manifiestas. La promulgación del Acuerdo Administrativo 013-2010, se justificó bajo el argumento que el país estaba siendo sometido a las inclemencias de un invierno que causaba daños y ponía en peligro la vida de centenares de personas en la zona costera del Lago Xolotlán. El dengue estuvo en agenda durante seis meses, sin que el gobierno hiciera uso de los recursos que él mismo creó para enfrentar este tipo de situaciones. ¿Cuándo anunciantes, la clase política y publicistas comprenderán la importancia determinante de los medios locales?

En este contexto cabe preguntarse ¿Es posible competir con los medios gubernamentales? Las lecciones que dejó 2013 pueden ser provechosas si medios y periodistas logran percatarse que en situaciones complejas como las que enfrentan, existe espacio suficiente para mejorar la calidad de sus propuestas informativas. Una de sus debilidades persistentes proviene de la naturaleza institucional de sus agendas. Cuando el Estado vacaciona, así como para finales y principios de año, se produce una especie de vacío en sus agendas. Los retos saltan a la vista. Continúan atados a las rutinas de las instituciones estatales, policiales, bomberiles y cruzrojista. A lo anterior habría que añadir los desafíos que provocan los hechos duros que plantean las acciones gubernamentales –canal interoceánico, reformas constitucionales, reformas al código militar y del seguro social, etc. En esta disyuntiva lo recomendable consiste en desmarcarse y construir una agenda propia, crítica y propositiva y eludir las prácticas contestarias en las que han venido incurriendo.

Las informaciones relacionadas con el canal interoceánico permiten comprobar que cuando medios y periodistas se proponen realizar algo diferente lo consiguen: fue el tema que mejor trataron. Mientras los medios oficiales y oficiosos siguieron una política obsecuente con el gobierno, los principales ejes informativos de los medios ajenos a su influencia, colocaron en la agenda de manera sistemática, una amplísima gama de problemas que podrían derivarse de su construcción. Dos constantes fueron la sistematicidad informativa y la amplitud de fuentes consultadas. Con enorme solvencia destacaron que se trataba de una concesión realizada sin licitación pública, expusieron las violaciones a la Constitución Política de Nicaragua que cometía el gobierno, las incongruencias en las declaraciones de Wang Jing, la pérdida del reservorio de agua más grande de Centro América, el apresuramiento exhibido en relación a los estudios de factibilidad ambiental, la entrega del territorio nacional en términos onerosos y la forma que comprometieron las reservas del Banco Central de Nicaragua, como garantía para el inversionista. Los medios afines al gobierno se comportaron como simples correas de transmisión del discurso oficial.

Existen temas que los medios oficiales y oficiosos tratan de obviar en sus agendas informativas. #OcupaINSS viene a ser paradigmático. Los medios progubernamentales solo informaron acerca de los reclamos de las personas de la tercera edad cuando se sentaron a negociar y durante la firma de los acuerdos alcanzados. La vapuleada a los jóvenes, las pérdidas de vehículos, celulares y computadoras portátiles, jamás fueron objeto de interés informativo. ¿Debemos considerar exitoso el manejo que hizo el gobierno de este caso? Nunca. Incluso quienes se informaban en sus canales, se vieron forzados a reflexionar y preguntarse ¿qué estaba pasando para que el gobierno finalmente accediera a negociar con las personas de la tercera edad? La puja informativa alcanzó las redes sociales donde se produjo un fenómeno viral que trató de ser contrarrestado expresamente por personas identificadas con su política informativa. La movilización de personeros de la Conferencia Episcopal y los reclamos de los agraviados persisten.

Lo ocurrido con MPeso muestra de forma diáfana cómo los medios gubernamentales y progubernamentales se vieron obligados hacerse cargo de temas a los que generalmente vuelven la espalda. Los reclamos tenaces de los usuarios del transporte público capitalino, las arremetidas que sufrieron tratando de acallar sus protestas, ejemplifica lo difícil que resulta para el gobierno silenciar temas que explosionan en las calles, micrófonos, diarios y pantallas televisivas. Otro gran tema, los grupos armados en la zona central norte y Costa Caribe se convirtió finalmente en un test formidable para medir hasta dónde los medios oficiales son capaces de dar la espalda a hechos duros puestos en agenda por medios ajenos a su influencia. En la medida que los acontecimientos vinculados con los armados fueron conociéndose, el Jefe del Ejército Nacional, General Julio César Avilés, se vio compelido a manifestarse. Se trató de una controversia que derivó en tratar de conocer quién gozaba de mayor credibilidad. La mayoría de los medios mostró dos versiones contrapuestas: la existencia de armados sostenida por la Conferencia Episcopal y las refutaciones del General Avilés, afirmando que se trata de grupos delincuenciales. 

Donde mayor pobreza exhibieron casi la totalidad de los medios fue en los litigios con Colombia y Costa Rica. Sin duda se trata de un tema delicado que exige rigor, precisión, dominio y conocimiento, que solo los expertos tienen. La mayoría de los medios abandonaron posiciones críticas. Temían ser señalados de antipatriotas, una bandera de la que echan mano siempre los gobernantes. Ni siquiera los especialistas del más alto nivel fueron capaces de hacer una lectura desprejuiciada de la última resolución de la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Cuando el tribunal de La Haya hizo público el fallo la generalidad de los medios se plegó de inmediato a la lectura que hizo el gobierno, olvidando por completo que se deben a sus lectores, radioescuchas y televidentes. Cercanos a los juegos de poder, sus posiciones nos permitieron corroborar que en estos casos siempre evitan caer en contradicciones con los personeros de gobierno. Los medios vieron un triunfo rotundo de Nicaragua. Ante la imposibilidad de desmentir el desliz cometido en los caños de nuestro país, al gobierno no le quedó otra salida que aceptar el hecho antes que se produjese el fallo. Nada más.

Los medios deben plantearse el establecimiento de una agenda propia. No servir ni seguir siendo furgón de cola del aparato estatal. Las lecciones del polaco Ryszard Kapuscinski, hoy más que nunca resultan valederas y de enorme importancia en el contexto por el que transcurre la vida del periodismo en Nicaragua. Kapuscinski insiste en recordar que él nunca recurrió a las fuentes oficiales, siempre  creyó que sus ofertas informativas estaban saturadas por intereses creados. Tampoco tenemos que olvidar a Bertolt Brecht a quien debemos uno de los aforismos más lúcidos en el mundo del periodismo. El dramaturgo alemán, quien vivió toda su vida prendado de la radio, fue quien sentenció que toda forma de periodismo debe ser investigativa lo demás pura propaganda. En Nicaragua las grandes interrogantes con las que tienen que lidiar medios y periodistas siguen siendo cómo hacer periodismo en un país donde las puertas de los ministerios están cerradas, el presidente no da entrevistas, los ministros se muestran mudos y la información pública no circula sino a través de los medios oficiales y oficiosos. ¡Este conjunto de hechos forman parte de los desafíos! ¿Sabrán encararlos?

   

  




viernes, 29 de noviembre de 2013

Por otra televisión en Nicaragua


En Nicaragua se vuelve urgente romper con la alta concentración mediática y dar paso a la creación de un sistema mixto de comunicación. Un sistema que incluya la televisión pública y comunitaria. La creación de más canales de televisión ha devenido en más de lo mismo. Las narrativas televisivas se concentran en las revistas matutinas, telenovelas, seriales de televisión, películas y deportes. Todavía queda mucho por hacer sobre una producción nacional de calidad y a la vez garantizar la existencia de las decenas de empresas televisivas existentes a lo largo y ancho del país. Las escuelas de comunicación, los expertos, académicos y el gobierno deberían comprometerse conjuntamente a mejorar la calidad de las actuales propuestas de programación. No deberían otorgarse licencias a quienes no presenten nuevas propuestas de programación o que no cumplan con las propuestas a partir de las cuales les fue concedida las licencias. Una vez obtenidas se olvidan de lo pactado.

Las debilidades en la producción nacional son visibles, solo mediante acuerdos con la academia y realizando inversiones en recursos técnicos y humanos podrá romperse el actual esquema. Pese a ser el hecho cultural urbano más importante ocurrido en los dos últimos decenios en el país, la televisión continúa atrapada entre lo estrictamente comercial y la supeditación política. La academia jamás se ha preocupado por formar técnicos de nivel medio y alto para responder a la expansión televisiva. Si se deja a que el mercado continúe arbitrando todo lo que acontece en este campo, la calidad televisiva seguirá decayendo. Muchas personas ven la televisión no por la seducción que provocan sus imágenes, ni por lo atractivo de su discurso, la miran porque rifan teléfonos, televisores, cocinas, camas, entradas al teatro. Los canales deben aprovechar la oportunidad para mostrar los distintos rostros del país y dejar de continuar amamantándose de la producción foránea.

El cable sigue expandiéndose por todo el territorio y el grueso de lo que se nutre la TV nacional mucho antes de formar parte de su programación ya ha sido transmitida a través del cable. Esta circunstancia ha generado nuevos hábitos entre las familias televidentes. Sin mostrar ningún cansancio siguen las telenovelas en el cable y a veces lo hacen de manera simultánea; cuando la misma novela es transmitida en el país optan por ver los adelantos en el cable. Son pocas las estaciones de TV que no pasan telenovelas, con raras excepciones quienes no lo hacen es porque carecen de recursos para hacerlo. El gusto por este género se debe a sus propuestas narrativas. Desde la década de los ochenta ocurrió el salto, resultaron atractivas para las clases pudientes, no como estos sectores señalaban que “las telenovelas únicamente seducían empleaditas”. El melodrama y toda la cauda de seguidores que arrastra no ha logrado contagiar inexplicablemente al mundo de filólogos y lingüistas, quien no ha mostrado interés para dar cuenta de las implicaciones de esta narrativa.

Nuestra televisión es un calco de la propuesta norteamericana. Algunos programas matutinos nos despiertan contándonos historias de acontecimientos ocurridos en diversas partes del mundo, incluso un mal que sufren también las televisoras nacionales, algunas de las cuales hasta hace poco se dieron cuenta que nada tenía que ver el estado del tiempo en Arizona, cuando lo que sus televidentes deseaban que les contaran era cómo había despertado el país y cómo transcurriría el clima durante el día. Todavía Canal 2 y Canal 10 nos levantan con Al rojo vivo y Primer impacto. Los noticieros televisivos deberían romper el cordón umbilical con los periódicos. Dejar de fastidiarnos con la lectura de sus titulares. Uno espera programación propia. Sigo esperando un programa de opinión que brinde cabida a los postergados de toda una vida, ampliando su agenda temática y olvidándose de la clase política, mientras está no se reinvente vivirá sumida en sus pleitos eternos. En Nicaragua la mayoría de los programas de opinión, con sus invitados de siempre, son afines al discurso oficial. Esta ha sido una de las tragedias de la alta concentración televisiva. En los canales oficiales y oficiosos el pluralismo ha quedado reducido casi a cero.

Necesitamos una televisión que amplíe su visión del país, que nos cuente qué piensa la ciudadanía del Caribe estigmatizada por la profusión de noticias relacionadas con el narcotráfico. ¿Los periodistas locales y los corresponsales de los medios nacionales no tienen otra cosa qué decir? El cambio ocurre durante el mes de mayo. Los caribeños celebran su fiesta grande. Como la inclusión de sus cantos, bailes y danzas forman parte del carácter cíclico de las narrativas de la TV, sus habitantes deberían rebelarse y ponerse en huelga, paralizar sus cuerpos y apagar su voz que tanto gustan, esos grandes atributos de la sensualidad caribeña. Estoy a la espera que por sanidad los dueños y directores de Crónica TN 8 y Acción 10, en un acto de misericordia pongan fin a la orgía de sangre que a diario bañan sus pantallas. En fin aspiro una televisión con olor a Nicaragua, que la disputa entre los canales 13 y 14 se acreciente y que cada día se esfuercen por mejorar la calidad de la producción nacional y pidiéndole peras al olmo, por siquiera una vez los canales de la familia presidencial transmitan algo que contradiga el discurso oficial. Con eso me bastaría. No pido más.



viernes, 15 de noviembre de 2013

Telecomunicaciones y reforma constitucional



La inclusión de cuatro incisos al final del Artículo 92 en las reformas constitucionales abrió paso al debate. Se trata de regular el funcionamiento del espectro radioeléctrico, las bases de datos, registros informáticos y satelital, lo cual  provocó reacciones de parte de miembros de la clase política, no así inexplicablemente de los expertos en  telecomunicaciones e internet. La pretensión consiste en cambios dramáticos que inciden en las operaciones de las empresas telefónicas, servicios financieros, televisión por suscripción y satelital, y medios de comunicación. Igual fenómeno se presenta para los cibercafés y computadoras personales. Una vez más queda de manifiesto la voluntad política de los poderes establecidos por controlar la tecnología más avanzada. En un principio fue la radio, enseguida la televisión y ahora se trata de los satélites e internet. La libertad de expresión siempre acosada y perseguida.

El tema concita la participación de distintos sectores de la vida nacional, incluyendo desde luego la sociedad civil y ciudadanía en general. Las telecomunicaciones se han convertido en piedra de toque. Desde la aparición de la primera generación de satélites durante la década de los sesenta del siglo pasado, cuyos alcances rebasaban las fronteras nacionales, asomaron las primeras suspicacias. En la estratósfera empezaron a pulular satélites para espiar lo que hacían las naciones. Los satélites militares fueron puestos en órbita. La era de los aviones espías tocaba retirada. Muchas bases militares dejaban de tener la preeminencia que habían alcanzado años atrás. El dominio de los mares abría paso al dominio de los cielos. Como apunta Armad Mattelart, los seres humanos se percataron que apreciaban mejor la tierra desde arriba. El dominio del cielo cambió las formas de los confrontamientos bélicos.

La naturaleza del debate planteado demanda con urgencia la presencia de expertos en redes y telecomunicaciones. En esta ocasión las operadoras telefónicas no pueden rehuir la discusión, mucho menos quedarse calladas. El desafío planteado por los alcances del contenido del Artículo 92 los obliga a manifestarse. En caso de aprobarse en los términos que fue presentado ante el plenario de la Asamblea Nacional, tendrían que realizar cambios sustantivos. El más drástico sería tener que trasladar sus bases de datos al país. ¿Cuál es el criterio de Claro y Movistar? ¿Cómo les afectan estas disposiciones? ¿Estarían dispuestas actuar en consonancia con lo establecido en el Artículo 92? ¿Cuáles son los países donde han tenido que operar en estos mismos términos? ¿Cómo les ha ido? ¿Se trata de una experiencia novedosa que delimita el carácter de su trabajo? ¿Normas y tratados internacionales lo permiten?

Los especialistas que laboran para estas dos grandes empresas deberían ser los primeros en adelantar las consecuencias y resultados que tendría para Nicaragua la aprobación de lo solicitado por el partido en el poder. Ser cautelosos no supone dejar en evidencia una vez más el silencio sepulcral que han mantenido cada vez que Telcor actúa fuera de los alcances establecidos en la Ley de Telecomunicaciones (Ley 200). De igual forma debe proceder Claro. Siendo la compañía que ofrece a nivel nacional los servicios de televisión por suscripción en sus dos modalidades, por cable y satelital, ¿verá afectados sus servicios o en nada perturbaría sus operaciones? ¿Los servicios de internet que ofrecen Claro, Movistar y Yota, que tipo de afectación sufren? ¿Tendrán que mudar sus bases datos a Nicaragua? ¿Qué ajustes estarían obligados a realizar de aprobarse estas disposiciones?

A través de estos años nunca nos cansamos de predicar y advertir que las comunicaciones en el sentido moderno adquirían un carácter transversal.  Nada queda fuera del maridaje de las telecomunicaciones, internet y medios de comunicación. Todas las actividades humanas son permeadas. Desde la medicina hasta la agricultura. Desde la navegación aérea y marítima hasta las operaciones bancarias. Desde la educación, la cultura y el arte hasta los sistemas de localización y prevención de huracanes. Desde los sistemas de espionaje, las operaciones bélicas hasta los sistemas de vigilancia en los hogares, tiendas, supermercados y almacenes. Desde la industria editorial, los servicios informativos en tiempo real hasta la televisión. La comunicación vive su mejor momento. Es el barco de proa de la revolución científico-técnica. El sector más dinámico de la economía mundial. 

Se necesita un debate de altura, invitar a que participe el director de Telcor, los técnicos del ejército y la policía, los banqueros, dueños de líneas aéreas, agricultores y empresarios pesqueros, expertos de Ineter, profesores de telecomunicaciones, ingenieros en electrónica y sistemas, para tener una aproximación exacta de lo que implican para la vida del país las reformas relacionadas con las bases de datos, registros informáticos y espectro radioeléctrico. Igualmente deben ser invitados las organizaciones de la sociedad civil, centros de comunicación, y especialmente la clase política. Desde que los medios audiovisuales adquirieron la hegemonía les arrebataron buena parte de la representación ciudadana. La aprobación del Artículo 92 determinará el sistema de comunicación que prevalecerá en Nicaragua. Como está planteado tiende a cerrarse y ahondar el autoritarismo. Pretende un control excesivo.

Las comunicaciones están vinculadas con el tema del poder, creer lo contrario sería pecar de ingenuos. Los movimientos sociales surgidos en Túnez, Egipto, Islandia, Estados Unidos y España, no se deben únicamente a la existencia de Internet. Son el resultado de una simbiosis: la combinación del espacio público y de internet, en lugares donde se desarrolla la vida social. Aunque indudablemente, como apunta Manuel Castells, “los movimientos sociales siempre han dependido de la existencia de mecanismos de comunicación específicos: rumores, sermones, panfletos y manifiestos, divulgados de persona a persona, desde el púlpito, la prensa, o por cualquier medio de comunicación disponible”. Tampoco hay que olvidar que las redes digitales son el medio de comunicación más veloz, reprogramable y autoprogramable. ¡Muy, pero muy difícil de encarcelar!

¿Las reformas tendrán carácter retroactivo me preguntaron mis alumnos de Derecho y Comunicación? ¿Claro dejará de ofrecer los servicios de telefonía básica, móvil, internet y televisión por suscripción y satelital? Yo adelanté que no. A no ser que también se cambie o modifique el derecho en el que se inspiran las normas jurídicas en Nicaragua. La ley no tiene efecto retroactivo, excepto en materia penal cuando favorezca al reo. Les expliqué además que también nuestra legislación contempla la teoría de los derechos adquiridos. Aún con mi respuesta no dejaron de asaltarles dudas. Cambios de esta magnitud serán demasiado costosos para el gobierno. Creo que los empresarios se deberán sentir un poco asustados. Sobre todo el gran capital. Tienen sobradas razones para estarlo. La tentación es tan grande como para dejar de ejercer controles sobre lo solicitado.  




lunes, 4 de noviembre de 2013

En la TV nada está dicho

Ante los asedios del gobierno, los Sacasa-Pasos decidieron vender su canal a Ángel  González, quien veía de esta manera saldada la deuda histórica con su antiguo socio comercial. La operación financiera incluyó las tres radioemisoras del Grupo COASA. Con estas tres nuevas emisoras son 12 las que funcionan en el país como propiedad del mexicano-estadounidense. La competencia en la televisión entre González y la familia Ortega Murillo se mantiene. Ahora luchan por establecer su hegemonía en el dial. Ambos concurren a California en busca del vellocino de oro. Una programación que cautive y capture a sus audiencias. Poderoso señor es don dinero. Estas pujas forman parte de las narrativas hogareñas, quienes la siguen de cerca, con el mismo interés que miran las telenovelas, para conocer cuál será el desenlace del drama. González mantiene alianzas con los políticos mientras estos permanecen en gobierno, una vez que lo abandonan cambia de actitud.

Los canales 15 y 23 en UHF (operan en los canales 63 y 99 de televisión por cable) se distinguen por sus propuestas noticiosas. Canal 15, 100 % Noticias, ha logrado concretar alianzas con El Nuevo Diario, uno de los dos medios escritos de circulación nacional. Como parte del redimensionamiento del mapa televisivo, cuyo alto relieve no acaba de configurarse, Canal 15 tuvo un encontronazo con la familia gubernamental por haberse llevado a Canal 13 parte sustantiva de su equipo de trabajo, por lo que perdió momentáneamente el favoritismo oficial, quien resintió las críticas de su director-propietario Miguel Mora, retirándole los anuncios. El canal transmite noticias las 24 horas del día. Una vez saldadas las diferencias, los anuncios oficiales han vuelvo a Canal 15. Canal 23 CDNN, Canal de Noticias de Nicaragua, también ha estructurado el grueso de su programación con producción nacional.

La situación de la televisión en Nicaragua no alcanzaría a comprenderse, si no aludimos la competencia por ver quién acapara el dial. Informe Pastrán, adelantó que miembros de la familia gubernamental entrarán a operar un canal informativo las 24 horas del día. Según el anuncio de Pastrán, Canal 91 en el cable, que se identifica como canal ruso en Nicaragua, sería reconvertido en un canal enteramente noticioso. De producirse este movimiento, sus efectos inmediatos serían sobre los canales 15 y 23. Ninguno de los dos está preparado para hacer frente a una embestida de esta naturaleza. La cuantía de recursos disponibles a través de los anuncios oficiales y de las empresas del consorcio de Albanisa es sumamente superior a las disponibilidades de los anunciantes con que cuentan ambos canales.

El tema del canal noticioso sigue siendo noticia. Informe Pastrán ratificó que la familia gubernamental tiene interés en su instalación. Textualmente dice “CANAL DE TV SOLO NOTICIAS… Hasta ahora TELCOR no ha confirmado, ni negado, que vaya a autorizar una nueva frecuencia para operar un nuevo canal de televisión en señal abierta y por cable, relacionado con el Canal 8, pero tampoco sería extraño… La competencia televisiva está en lo fino luego que el empresario mexicano Ángel González comprara el Canal 2 y ensanchará su presencia en el espectro televisivo… Desde hace meses que se menciona la posibilidad de que se cree un nuevo canal televisivo con noticias en vivo las 24 horas y que cuente con suficientes periodistas y unidades móviles para brindar una oferta informativa permanente…”

Con esta maniobra, la familia presidencial entraría en competencia abierta con los canales 10, 15 y 23. Moisés Martínez de La Prensa hizo hace algún tiempo una afirmación similar, manifestó que la familia presidencial se aprestaba a crear un canal, “Canal 16 está proyectando a convertirse en el primer canal de noticias 24 horas ininterrumpidas en el país. Este formato ya viene tratando de ser desarrollado por el Canal 100 % Noticias. Canal 16 buscaría apuntalar este formato valiéndose de la mayor capacidad económica con la que operan el conglomerado de empresas de la familia presidencial”. Martínez confió en que “su enfoque noticioso buscaría reportar aquellos temas sociales que no son cubiertos por la mayoría de medios, y que además destaque y divulgue los “logros” del régimen orteguista, además de ser un contrapeso a las informaciones e investigaciones periodísticas de los medios de comunicación independientes”. (http://www.laprensa. com.ni/2012/06/18/ámbito/105450/imprimir).

El mayor desafío que enfrentan las televisoras del país proviene de la televisión por cable. Carlos Slim controla la televisión por cable y satelital, la telefonía móvil, fija e internet. Se trata del empresario más fuerte en el ámbito de las telecomunicaciones en Nicaragua. Una de las formas de evitar críticas, las cuales a pesar de todo continúan, lo llevó a convertirse en uno de los mayores anunciantes del país, solo comparable con el gobierno. La derrama incluye publirreportajes en revistas, periódicos, informativos en línea, etc. Como al gobierno, gusta del elogio, los reportajes cálidos llenos de alabanzas. Claro ha sido acusada por directivos de otros canales televisivos de hacer una competencia desleal. También cuenta con su propio canal, que transmite música todo el día (Canal 76), entrando de soslayo a competir con el resto de canales televisivos. Un auténtico emporio que más temprano que tarde entrará en el negocio informativo.