En
diversas ocasiones hemos planteado la conveniencia que los dueños de los
Canales 8 y 10 y los directores de los noticieros Crónica TN8 y Acción 10, cuyo
afán de rendir pleitesía a la nota roja es evidente, se auto-regularan para
evitar intromisiones innecesarias en los medios por parte de funcionarios de
gobierno y otros poderes del Estado. Cuando la autorregulación hace crisis y
medios y periodistas mantienen su labor fiscalizadora, los gobernantes sienten
la tentación de meter sus narices y normar su trabajo. La propuesta hecha en el
seno de la Asamblea Nacional por Omar Cabezas Lacayo, Procurador para los
Derechos Humanos, demandando poner fin a las crueldades que cometen los
cultores de la nota roja, se hacía eco de una petición muy justa. Crónica TN 8
y Acción 10 no deben continuar violando derechos elementales de los
nicaragüenses, sobre todo de los sectores populares, quienes resultan ser los
más agraviados.
El
espacio en que Cabezas Lacayo demandó regular la nota roja era el sitio menos
indicado. Se equivocó de calle al solicitar a los diputados emitir una ley de
prensa. Algunos miembros de la clase política y funcionarios cuestionados por
las irregularidades en que incurren, han hecho llamados públicos promoviendo la
aprobación de una ley de medios. Una vez abierto el debate no sabemos hasta
dónde hubiesen llegado los legisladores. En la Asamblea Nacional existen
diputados interesados en poner trabas al
ejercicio de la libertad de expresión en Nicaragua. Si se hubiese llegado a
plantear la discusión sería como abrir una caja de pandora. Al final de la
jornada no sabríamos qué tipo de ley sería aprobada. A estas alturas dueños de
medios, periodistas y demás miembros de la sociedad nicaragüense tal vez
estarían lamentándose.
Ninguna
persona sensata y respetuosa de los derechos humanos puede estar de acuerdo con
los abusos que cometen a diario los abanderados de la nota roja. En esto
coincidimos plenamente con el procurador Cabezas Lacayo, en lo demás estamos
totalmente en desacuerdo. El ejercicio de la libertad de expresión plantea
enormes desafíos y uno de los más persistentes y nocivos en Nicaragua, ha sido
la práctica reiterada de la nota roja. Los llamados formulados a directores y
periodistas de Crónica TN 8 y Acción 10, lejos de apaciguar los ánimos, más
bien ha precipitado una competencia feroz entre ambos noticieros. Nunca se han
puesto a reparar los daños irreversibles que causan en la salud mental de
muchas familias. El 1 de marzo de 2008, fecha en que se celebra en Nicaragua el
Día Nacional del Periodista, el
Presidente de la República, Comandante Daniel Ortega, hizo una condena explícita
a la nota roja.
En
armonía con estas recriminaciones, esperábamos que al menos en relación con los
noticieros televisivos transmitidos a través de los canales bajo su influencia
inmediata, el presidente actuara en consonancia con estos planteamientos. Los
señalamientos hechos en esa oportunidad por el Comandante Ortega, continúan
teniendo actualidad. Destacó el carácter infamante de la nota roja, acusó a
quienes la propiciaban de buscar réditos económicos y lograr un mejor
posicionamiento en el dial. Sus ataques iban dirigidos contra Acción 10 y El
Noticiero Independiente de cuyas entrañas y 24 Horas, nacería después Crónica
TN8. Jamás pensé que estando Canal 8 bajo la dirección general del joven Juan
Carlos Ortega, quien ha logrado estructurar una programación altamente
competitiva, insista todavía en mantener un noticiero poco respetuoso de la
suerte de los más necesitados.
El Nuevo Diario debe cuidarse de evitar iguales
despropósitos. El abuso en algunos titulares, haciendo burla de las personas
detenidas o que han perecido como consecuencia de actividades delictivas, no
deben volver a figurar como parte de su política informativa. ¿Qué aspectos
noticiosos añade la publicación de una fotografía donde aparece una persona
destripada por un camión, muerta a tiros o que pereció ahogada a las orillas
del lago Xolotlán? Ninguna, mera ambición sensacionalista para tratar de
incrementar su lectoría. Uno de los aciertos de los Canales 2, 4, 6, 12, 13, 14,
15 y 23, ha sido negarse a abrir espacio a la nota roja. Con esta decisión evidencian
que para ganar audiencia no necesitan manchar de sangre las pantallas ni incursionar
en los barrios de la periferia habitados por los pobres, para luego venir a
refocilarse con sus desgracias, mostrando imágenes donde aparecen riñendo por
desavenencias familiares o parejas disputándose un hombre. Sin misericordia
hacen escarnio del escarnio.
Para
evitar que los medios continuasen su danza necrófila, los legisladores incluyeron
en el Código Penal (Ley 641) el Artículo 205, que literalmente reza. “Difusión no autorizada de imágenes de un
difunto. "Quien difundiere, por cualquier medio, imágenes de un
difunto sin la autorización de su cónyuge, padre, madre, hijos e hijas, o
hermanos y hermanas, con interés malsano que incremente el dolor generado por
su muerte, será sancionado con pena de cien a trescientos días multa.” ¿Cuáles creen que fueron los motivos que
indujeron a los creadores de la Ley 641 a incluir una disposición de esta
naturaleza? Lo hicieron con el fin de atajar el apetito insano de los
impulsores de la nota roja. Los directores, editores y periodistas de estos
desafueros, pasan por alto esta prescripción. Ellos que gustan tanto repetir
que nadie puede alegar ignorancia de la
ley, deberían respetar este mandato jurídico. Cabezas Lacayo empezó a
pedirles cuentas.
¿Cómo
evitar los atropellos constantes contra la dignidad humana causados por la nota
roja? ¿Cuál es la lectura que han hecho los dueños de medios sobre la propuesta
realizada por el procurador Cabezas Lacayo? ¿En verdad no existía la
posibilidad que algunos legisladores, una vez abierto el debate, no se sintieran
tentados de aprovechar la oportunidad para frenar a los medios? ¿Acaso olvidan
que cuando la Corte Suprema de Justicia presentó el anteproyecto de la Ley
Integral de Protección a la Mujer, intentó incluir un inciso que sancionaba a
los caricaturistas por “violencia mediática”? ¿A qué se debe que las
organizaciones protectoras de derechos humanos, se interesen muy poco en analizar
y enjuiciar a los Canales 8 y 10, con la intención que comprendan que su
apuesta informativa humilla a los pobres? La nota roja presentada por Crónica TN
8 y Acción 10, tiene sesgo clasista. Debido a su carácter denigrante, ¡no tienen
razón de ser!
Plenamente de acuerdo con el colega Rothschuh, la ética de la prensa, para la prensa, no para los políticos. Los observatorios ciudadanos de medios también podemos jugar un papel importante, me parece, al someter a la discusión pública comportamientos perjudiciales de los medios, pero por medio de la investigación. Comenzar a documentar estos efectos psicológicos perjudiciales adquiere relevancia tremenda con este clima de violencia que nos agobia a los centroamericanos.
ResponderEliminarEvelyn Blanck
También estoy de acuerdo con el profesor Rothschuh, la ètica periodística juega un papel importante en los procesos de comunciación, y es obligación tanto del medio como del periodista, mantener vigente su resposabilidad social, y la nota roja deconstruye la labor periodística, no aporta nada bueno, hay maneras de informar diferentes, y no se están preocupando por la desgracia ajena, no están aportando nada para el bienestar social de los receptores, hay mucho más que decir con respeto a este tema.... les comparto una nota de mi blog, en contra de la nota roja: http://ileanablandon.blogspot.com/#!/2012/05/el-sindrome-de-la-nota-roja.html
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