viernes, 29 de noviembre de 2013

Por otra televisión en Nicaragua


En Nicaragua se vuelve urgente romper con la alta concentración mediática y dar paso a la creación de un sistema mixto de comunicación. Un sistema que incluya la televisión pública y comunitaria. La creación de más canales de televisión ha devenido en más de lo mismo. Las narrativas televisivas se concentran en las revistas matutinas, telenovelas, seriales de televisión, películas y deportes. Todavía queda mucho por hacer sobre una producción nacional de calidad y a la vez garantizar la existencia de las decenas de empresas televisivas existentes a lo largo y ancho del país. Las escuelas de comunicación, los expertos, académicos y el gobierno deberían comprometerse conjuntamente a mejorar la calidad de las actuales propuestas de programación. No deberían otorgarse licencias a quienes no presenten nuevas propuestas de programación o que no cumplan con las propuestas a partir de las cuales les fue concedida las licencias. Una vez obtenidas se olvidan de lo pactado.

Las debilidades en la producción nacional son visibles, solo mediante acuerdos con la academia y realizando inversiones en recursos técnicos y humanos podrá romperse el actual esquema. Pese a ser el hecho cultural urbano más importante ocurrido en los dos últimos decenios en el país, la televisión continúa atrapada entre lo estrictamente comercial y la supeditación política. La academia jamás se ha preocupado por formar técnicos de nivel medio y alto para responder a la expansión televisiva. Si se deja a que el mercado continúe arbitrando todo lo que acontece en este campo, la calidad televisiva seguirá decayendo. Muchas personas ven la televisión no por la seducción que provocan sus imágenes, ni por lo atractivo de su discurso, la miran porque rifan teléfonos, televisores, cocinas, camas, entradas al teatro. Los canales deben aprovechar la oportunidad para mostrar los distintos rostros del país y dejar de continuar amamantándose de la producción foránea.

El cable sigue expandiéndose por todo el territorio y el grueso de lo que se nutre la TV nacional mucho antes de formar parte de su programación ya ha sido transmitida a través del cable. Esta circunstancia ha generado nuevos hábitos entre las familias televidentes. Sin mostrar ningún cansancio siguen las telenovelas en el cable y a veces lo hacen de manera simultánea; cuando la misma novela es transmitida en el país optan por ver los adelantos en el cable. Son pocas las estaciones de TV que no pasan telenovelas, con raras excepciones quienes no lo hacen es porque carecen de recursos para hacerlo. El gusto por este género se debe a sus propuestas narrativas. Desde la década de los ochenta ocurrió el salto, resultaron atractivas para las clases pudientes, no como estos sectores señalaban que “las telenovelas únicamente seducían empleaditas”. El melodrama y toda la cauda de seguidores que arrastra no ha logrado contagiar inexplicablemente al mundo de filólogos y lingüistas, quien no ha mostrado interés para dar cuenta de las implicaciones de esta narrativa.

Nuestra televisión es un calco de la propuesta norteamericana. Algunos programas matutinos nos despiertan contándonos historias de acontecimientos ocurridos en diversas partes del mundo, incluso un mal que sufren también las televisoras nacionales, algunas de las cuales hasta hace poco se dieron cuenta que nada tenía que ver el estado del tiempo en Arizona, cuando lo que sus televidentes deseaban que les contaran era cómo había despertado el país y cómo transcurriría el clima durante el día. Todavía Canal 2 y Canal 10 nos levantan con Al rojo vivo y Primer impacto. Los noticieros televisivos deberían romper el cordón umbilical con los periódicos. Dejar de fastidiarnos con la lectura de sus titulares. Uno espera programación propia. Sigo esperando un programa de opinión que brinde cabida a los postergados de toda una vida, ampliando su agenda temática y olvidándose de la clase política, mientras está no se reinvente vivirá sumida en sus pleitos eternos. En Nicaragua la mayoría de los programas de opinión, con sus invitados de siempre, son afines al discurso oficial. Esta ha sido una de las tragedias de la alta concentración televisiva. En los canales oficiales y oficiosos el pluralismo ha quedado reducido casi a cero.

Necesitamos una televisión que amplíe su visión del país, que nos cuente qué piensa la ciudadanía del Caribe estigmatizada por la profusión de noticias relacionadas con el narcotráfico. ¿Los periodistas locales y los corresponsales de los medios nacionales no tienen otra cosa qué decir? El cambio ocurre durante el mes de mayo. Los caribeños celebran su fiesta grande. Como la inclusión de sus cantos, bailes y danzas forman parte del carácter cíclico de las narrativas de la TV, sus habitantes deberían rebelarse y ponerse en huelga, paralizar sus cuerpos y apagar su voz que tanto gustan, esos grandes atributos de la sensualidad caribeña. Estoy a la espera que por sanidad los dueños y directores de Crónica TN 8 y Acción 10, en un acto de misericordia pongan fin a la orgía de sangre que a diario bañan sus pantallas. En fin aspiro una televisión con olor a Nicaragua, que la disputa entre los canales 13 y 14 se acreciente y que cada día se esfuercen por mejorar la calidad de la producción nacional y pidiéndole peras al olmo, por siquiera una vez los canales de la familia presidencial transmitan algo que contradiga el discurso oficial. Con eso me bastaría. No pido más.



viernes, 15 de noviembre de 2013

Telecomunicaciones y reforma constitucional



La inclusión de cuatro incisos al final del Artículo 92 en las reformas constitucionales abrió paso al debate. Se trata de regular el funcionamiento del espectro radioeléctrico, las bases de datos, registros informáticos y satelital, lo cual  provocó reacciones de parte de miembros de la clase política, no así inexplicablemente de los expertos en  telecomunicaciones e internet. La pretensión consiste en cambios dramáticos que inciden en las operaciones de las empresas telefónicas, servicios financieros, televisión por suscripción y satelital, y medios de comunicación. Igual fenómeno se presenta para los cibercafés y computadoras personales. Una vez más queda de manifiesto la voluntad política de los poderes establecidos por controlar la tecnología más avanzada. En un principio fue la radio, enseguida la televisión y ahora se trata de los satélites e internet. La libertad de expresión siempre acosada y perseguida.

El tema concita la participación de distintos sectores de la vida nacional, incluyendo desde luego la sociedad civil y ciudadanía en general. Las telecomunicaciones se han convertido en piedra de toque. Desde la aparición de la primera generación de satélites durante la década de los sesenta del siglo pasado, cuyos alcances rebasaban las fronteras nacionales, asomaron las primeras suspicacias. En la estratósfera empezaron a pulular satélites para espiar lo que hacían las naciones. Los satélites militares fueron puestos en órbita. La era de los aviones espías tocaba retirada. Muchas bases militares dejaban de tener la preeminencia que habían alcanzado años atrás. El dominio de los mares abría paso al dominio de los cielos. Como apunta Armad Mattelart, los seres humanos se percataron que apreciaban mejor la tierra desde arriba. El dominio del cielo cambió las formas de los confrontamientos bélicos.

La naturaleza del debate planteado demanda con urgencia la presencia de expertos en redes y telecomunicaciones. En esta ocasión las operadoras telefónicas no pueden rehuir la discusión, mucho menos quedarse calladas. El desafío planteado por los alcances del contenido del Artículo 92 los obliga a manifestarse. En caso de aprobarse en los términos que fue presentado ante el plenario de la Asamblea Nacional, tendrían que realizar cambios sustantivos. El más drástico sería tener que trasladar sus bases de datos al país. ¿Cuál es el criterio de Claro y Movistar? ¿Cómo les afectan estas disposiciones? ¿Estarían dispuestas actuar en consonancia con lo establecido en el Artículo 92? ¿Cuáles son los países donde han tenido que operar en estos mismos términos? ¿Cómo les ha ido? ¿Se trata de una experiencia novedosa que delimita el carácter de su trabajo? ¿Normas y tratados internacionales lo permiten?

Los especialistas que laboran para estas dos grandes empresas deberían ser los primeros en adelantar las consecuencias y resultados que tendría para Nicaragua la aprobación de lo solicitado por el partido en el poder. Ser cautelosos no supone dejar en evidencia una vez más el silencio sepulcral que han mantenido cada vez que Telcor actúa fuera de los alcances establecidos en la Ley de Telecomunicaciones (Ley 200). De igual forma debe proceder Claro. Siendo la compañía que ofrece a nivel nacional los servicios de televisión por suscripción en sus dos modalidades, por cable y satelital, ¿verá afectados sus servicios o en nada perturbaría sus operaciones? ¿Los servicios de internet que ofrecen Claro, Movistar y Yota, que tipo de afectación sufren? ¿Tendrán que mudar sus bases datos a Nicaragua? ¿Qué ajustes estarían obligados a realizar de aprobarse estas disposiciones?

A través de estos años nunca nos cansamos de predicar y advertir que las comunicaciones en el sentido moderno adquirían un carácter transversal.  Nada queda fuera del maridaje de las telecomunicaciones, internet y medios de comunicación. Todas las actividades humanas son permeadas. Desde la medicina hasta la agricultura. Desde la navegación aérea y marítima hasta las operaciones bancarias. Desde la educación, la cultura y el arte hasta los sistemas de localización y prevención de huracanes. Desde los sistemas de espionaje, las operaciones bélicas hasta los sistemas de vigilancia en los hogares, tiendas, supermercados y almacenes. Desde la industria editorial, los servicios informativos en tiempo real hasta la televisión. La comunicación vive su mejor momento. Es el barco de proa de la revolución científico-técnica. El sector más dinámico de la economía mundial. 

Se necesita un debate de altura, invitar a que participe el director de Telcor, los técnicos del ejército y la policía, los banqueros, dueños de líneas aéreas, agricultores y empresarios pesqueros, expertos de Ineter, profesores de telecomunicaciones, ingenieros en electrónica y sistemas, para tener una aproximación exacta de lo que implican para la vida del país las reformas relacionadas con las bases de datos, registros informáticos y espectro radioeléctrico. Igualmente deben ser invitados las organizaciones de la sociedad civil, centros de comunicación, y especialmente la clase política. Desde que los medios audiovisuales adquirieron la hegemonía les arrebataron buena parte de la representación ciudadana. La aprobación del Artículo 92 determinará el sistema de comunicación que prevalecerá en Nicaragua. Como está planteado tiende a cerrarse y ahondar el autoritarismo. Pretende un control excesivo.

Las comunicaciones están vinculadas con el tema del poder, creer lo contrario sería pecar de ingenuos. Los movimientos sociales surgidos en Túnez, Egipto, Islandia, Estados Unidos y España, no se deben únicamente a la existencia de Internet. Son el resultado de una simbiosis: la combinación del espacio público y de internet, en lugares donde se desarrolla la vida social. Aunque indudablemente, como apunta Manuel Castells, “los movimientos sociales siempre han dependido de la existencia de mecanismos de comunicación específicos: rumores, sermones, panfletos y manifiestos, divulgados de persona a persona, desde el púlpito, la prensa, o por cualquier medio de comunicación disponible”. Tampoco hay que olvidar que las redes digitales son el medio de comunicación más veloz, reprogramable y autoprogramable. ¡Muy, pero muy difícil de encarcelar!

¿Las reformas tendrán carácter retroactivo me preguntaron mis alumnos de Derecho y Comunicación? ¿Claro dejará de ofrecer los servicios de telefonía básica, móvil, internet y televisión por suscripción y satelital? Yo adelanté que no. A no ser que también se cambie o modifique el derecho en el que se inspiran las normas jurídicas en Nicaragua. La ley no tiene efecto retroactivo, excepto en materia penal cuando favorezca al reo. Les expliqué además que también nuestra legislación contempla la teoría de los derechos adquiridos. Aún con mi respuesta no dejaron de asaltarles dudas. Cambios de esta magnitud serán demasiado costosos para el gobierno. Creo que los empresarios se deberán sentir un poco asustados. Sobre todo el gran capital. Tienen sobradas razones para estarlo. La tentación es tan grande como para dejar de ejercer controles sobre lo solicitado.  




lunes, 4 de noviembre de 2013

En la TV nada está dicho

Ante los asedios del gobierno, los Sacasa-Pasos decidieron vender su canal a Ángel  González, quien veía de esta manera saldada la deuda histórica con su antiguo socio comercial. La operación financiera incluyó las tres radioemisoras del Grupo COASA. Con estas tres nuevas emisoras son 12 las que funcionan en el país como propiedad del mexicano-estadounidense. La competencia en la televisión entre González y la familia Ortega Murillo se mantiene. Ahora luchan por establecer su hegemonía en el dial. Ambos concurren a California en busca del vellocino de oro. Una programación que cautive y capture a sus audiencias. Poderoso señor es don dinero. Estas pujas forman parte de las narrativas hogareñas, quienes la siguen de cerca, con el mismo interés que miran las telenovelas, para conocer cuál será el desenlace del drama. González mantiene alianzas con los políticos mientras estos permanecen en gobierno, una vez que lo abandonan cambia de actitud.

Los canales 15 y 23 en UHF (operan en los canales 63 y 99 de televisión por cable) se distinguen por sus propuestas noticiosas. Canal 15, 100 % Noticias, ha logrado concretar alianzas con El Nuevo Diario, uno de los dos medios escritos de circulación nacional. Como parte del redimensionamiento del mapa televisivo, cuyo alto relieve no acaba de configurarse, Canal 15 tuvo un encontronazo con la familia gubernamental por haberse llevado a Canal 13 parte sustantiva de su equipo de trabajo, por lo que perdió momentáneamente el favoritismo oficial, quien resintió las críticas de su director-propietario Miguel Mora, retirándole los anuncios. El canal transmite noticias las 24 horas del día. Una vez saldadas las diferencias, los anuncios oficiales han vuelvo a Canal 15. Canal 23 CDNN, Canal de Noticias de Nicaragua, también ha estructurado el grueso de su programación con producción nacional.

La situación de la televisión en Nicaragua no alcanzaría a comprenderse, si no aludimos la competencia por ver quién acapara el dial. Informe Pastrán, adelantó que miembros de la familia gubernamental entrarán a operar un canal informativo las 24 horas del día. Según el anuncio de Pastrán, Canal 91 en el cable, que se identifica como canal ruso en Nicaragua, sería reconvertido en un canal enteramente noticioso. De producirse este movimiento, sus efectos inmediatos serían sobre los canales 15 y 23. Ninguno de los dos está preparado para hacer frente a una embestida de esta naturaleza. La cuantía de recursos disponibles a través de los anuncios oficiales y de las empresas del consorcio de Albanisa es sumamente superior a las disponibilidades de los anunciantes con que cuentan ambos canales.

El tema del canal noticioso sigue siendo noticia. Informe Pastrán ratificó que la familia gubernamental tiene interés en su instalación. Textualmente dice “CANAL DE TV SOLO NOTICIAS… Hasta ahora TELCOR no ha confirmado, ni negado, que vaya a autorizar una nueva frecuencia para operar un nuevo canal de televisión en señal abierta y por cable, relacionado con el Canal 8, pero tampoco sería extraño… La competencia televisiva está en lo fino luego que el empresario mexicano Ángel González comprara el Canal 2 y ensanchará su presencia en el espectro televisivo… Desde hace meses que se menciona la posibilidad de que se cree un nuevo canal televisivo con noticias en vivo las 24 horas y que cuente con suficientes periodistas y unidades móviles para brindar una oferta informativa permanente…”

Con esta maniobra, la familia presidencial entraría en competencia abierta con los canales 10, 15 y 23. Moisés Martínez de La Prensa hizo hace algún tiempo una afirmación similar, manifestó que la familia presidencial se aprestaba a crear un canal, “Canal 16 está proyectando a convertirse en el primer canal de noticias 24 horas ininterrumpidas en el país. Este formato ya viene tratando de ser desarrollado por el Canal 100 % Noticias. Canal 16 buscaría apuntalar este formato valiéndose de la mayor capacidad económica con la que operan el conglomerado de empresas de la familia presidencial”. Martínez confió en que “su enfoque noticioso buscaría reportar aquellos temas sociales que no son cubiertos por la mayoría de medios, y que además destaque y divulgue los “logros” del régimen orteguista, además de ser un contrapeso a las informaciones e investigaciones periodísticas de los medios de comunicación independientes”. (http://www.laprensa. com.ni/2012/06/18/ámbito/105450/imprimir).

El mayor desafío que enfrentan las televisoras del país proviene de la televisión por cable. Carlos Slim controla la televisión por cable y satelital, la telefonía móvil, fija e internet. Se trata del empresario más fuerte en el ámbito de las telecomunicaciones en Nicaragua. Una de las formas de evitar críticas, las cuales a pesar de todo continúan, lo llevó a convertirse en uno de los mayores anunciantes del país, solo comparable con el gobierno. La derrama incluye publirreportajes en revistas, periódicos, informativos en línea, etc. Como al gobierno, gusta del elogio, los reportajes cálidos llenos de alabanzas. Claro ha sido acusada por directivos de otros canales televisivos de hacer una competencia desleal. También cuenta con su propio canal, que transmite música todo el día (Canal 76), entrando de soslayo a competir con el resto de canales televisivos. Un auténtico emporio que más temprano que tarde entrará en el negocio informativo.